A las 5:00 p.m. del sábado 5 de abril, el viento no solo sopló con fuerza sobre el Parque Bicentenario, sopló también sobre la verdad, sobre la vida de dos jóvenes que no volverán, y sobre una industria del entretenimiento que prefiere mover bocinas que responsabilidades. El viento no fue el culpable. El culpable tiene nombre, tiene rostro… y guarda silencio.

Miguel Hernández y Berenice Giles Rivera eran fotoperiodistas. Observadores de historias. Hoy son parte de una que jamás debieron protagonizar.

La estructura publicitaria que los mató no era un acto fortuito, no fue un rayo divino ni una jugarreta del destino. Fue negligencia. Fue omisión. Fue una cultura empresarial acostumbrada a montar escenarios a toda velocidad, sin asegurar los cimientos, sin garantizar que el espectáculo no se cobre vidas humanas.

Mientras los cuerpos de Miguel y Berenice eran cubiertos con mantas improvisadas, los escenarios seguían retumbando. La música no paró. El show debía continuar. Porque el negocio no espera, y porque los muertos, en este país, siempre estorban.

¿Quién es Diego Jiménez Labora?

No es una figura menor. Es el cerebro tras Grupo ECO, la empresa organizadora del Festival AXE Ceremonia. Es también uno de los operadores más activos en el negocio de los festivales musicales de alto perfil en México como: Trópico, Bravo, el Auditorio Blackberry entre otros, un emporio disfrazado de cultura.

Graduado del Tec de Monterrey, Jiménez Labora representa a esa élite tecnocrática que aprendió a maquillar la rentabilidad con storytelling de experiencias y lifestyle. Su nombre figura en registros del IMPI, en portadas de revistas especializadas, en las listas de invitados. Pero no figura —ni con un solo gesto— en la conversación pública tras la tragedia.

Porque callar, también es una forma de matar.

En su perfil de Redes , no hay pronunciamiento. En los canales oficiales del festival, apenas unas condolencias estériles, sin compromiso, sin mención a indemnización, sin una disculpa real. La maquinaria mediática se movió para minimizar. La cobertura fue fragmentaria. Y la indignación, fugaz.

Pero nosotros no olvidamos. Y no dejaremos que otros olviden.

La Fiscalía de la Ciudad de México no puede —no debe— limitarse a una carpeta de investigación. El Ministerio Público tiene la obligación ética y jurídica de recomendar, con urgencia, la indemnización integral y ejemplar para las familias de Miguel y Berenice. No se trata solo de dinero. Se trata de dignidad. Se trata de justicia. Y de enviar un mensaje contundente a toda la industria: las vidas humanas no son “daños colaterales” del espectáculo.

¿Cuánto vale una vida?

¿El costo de unos reflectores mal sujetos?

¿El precio de dos entradas al backstage?

¿La cotización de un patrocinador internacional?

La historia de Miguel y Berenice nos confronta con un país donde los negocios están por encima de la seguridad; donde las grandes marcas aplauden desde el palco mientras el público se juega la vida en la explanada.

Y en medio de todo, el vacío. El silencio del empresario. El mutismo del gobierno. La indiferencia de los medios tradicionales.

Pero aquí no. Aquí no guardamos silencio. Aquí exigimos. Aquí denunciamos.

Desde Causa News levantamos la voz. No solo para informar. Para indignar. Para movilizar. Para presionar a quienes creen que pueden esconderse detrás de un logo bonito y una playlist con headliners internacionales.

Sabemos que esta historia tiene muchas capas. Y vamos a desentrañarlas. Porque lo que sucedió en el Parque Bicentenario no puede ser el epílogo, sino el primer acto de una investigación profunda, seria y sin concesiones.

Te invitamos a formar parte de esta conversación. No te quedes callado. Entra a https://causanews.com, conoce nuestros contenidos, únete a nuestro grupo de análisis y opinión en https://causanewsnetwork.com y haz que tu voz también cuente.

Porque solo una sociedad que se indigna, puede cambiar su destino.

Porque cada historia merece justicia.

Porque hoy fueron Miguel y Berenice… pero mañana, podrías ser tú.

Podcast del Tema:

Causa News denuncia la trágica muerte de los fotoperiodistas Miguel Hernández y Berenice Giles Rivera en el Parque Bicentenario durante un evento organizado por Grupo ECO, responsabilizando a la negligencia empresarial y la falta de supervisión en la instalación de estructuras publicitarias. El artículo critica la cultura de priorizar el espectáculo y las ganancias sobre la seguridad, señalando el silencio del empresario Diego Jiménez Labora y la tibia reacción de las autoridades y los medios. El texto exige justicia y una investigación exhaustiva, buscando responsabilizar a los culpables y prevenir futuras tragedias en la industria del entretenimiento en México, enfatizando que las vidas humanas no son daños colaterales. La publicación invita a la sociedad a indignarse y participar en la conversación para exigir cambios y justicia por Miguel y Berenice.

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